
El astronauta convierte rosas en noches de lluvia, de esas para acurrucarse, y se dedica a trazar senderos entre las sábanas. Mientras, en un rincón de la cocina, nuestra nave pule mapas de galaxias y planetas invertebrados. Busca el mejor camino para llegar a casa. Las estrellas danzan espasmos y yo... ¿Yo? Yo asombrando al cosmos y al Universo.
Seguiremos reportando
*cambio y fuera*
Imagen de la NASA donada espacialmente para esta bitácora.
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