Descríbeme el cielo para cuando se caiga. Henchido de oxígenos y lluvias que libran sus propias batallas.
Descríbeme el cielo, por favor, para cuando se vaya. Desplomado y atravesado por pájaros y barriletes cósmicos que se le quedaron atascados en las entrañas.
Apoya tu cabeza sobre el hueco que escarba en mi pecho y recuerda de qué estaba hecho el corazón que hoy marcha deshidratado y perplejo. Luego mira al cielo y dime de qué está hecho.
Descríbeme el cielo para cuando me traiga. Congestionado de planetas aglomerados, atrapados en cúpulas celestes, encadenados de las patas, enganchados de los tallos y el alba.
Hoy las alturas y los abejorros, que componen esta tarde cualquiera de espacio exterior, están hechos de mí.
Hay un poco de mí en las retinas de aquellos que acechan alunizajes, un poco de mí en la natura que vuela y se abate y debate.
Recuerda de qué estaba hecho el cielo hoy, para cuando se caiga.
Recuerda cuando aún me querías, para cuando me vaya.
Seguiremos reportando
*cambio y fuera*
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