Me queda poco oxígeno hasta que encalle en el próximo mundo por visitar. Me quito el guante espacial y pesco letras del tintero.
De escribirme se ha encargado el pulmón que me respira por dentro.
Inspira. Expira.
De escribirte se encargarán las evocaciones en mis yemas.
Afilaré mis lápices y saldré a agujerear renglones.
Espero ensartar antónimos y latifundios de palabras fecundas.
Inspiro. Expiro.
Y me vuelvo a transcribir en otras vidas.
En otros cuadernos.
El oxígeno marca cero.
Seguiremos reportando.
*cambio y fuera*
imagen: Jan van Eyck
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